
La cúrcuma tiene como ingrediente activo la curcumina; esta sustancia tiene múltiples propiedades biológicas entre las que destaca su poder antiinflamatorio. Y es precisamente esta característica la que puede ser de gran ayuda para intentar disminuir los síntomas inflamatorios que provoca la enfermedad por COVID 19.
En la revisión de la revista Nutrients, a la que se puede acceder pinchando aquí, se identificaron seis estudios que mostraron cómo el tratamiento complementario con diferentes formulaciones de la curcumina condujo a reducciones en los síntomas típicos de la infección por COVID 19, (por ejemplo, los dolores musculares y de cabeza, entre otros), así como a minorar la duración de la hospitalización y las muertes en pacientes afectados con diferentes niveles de gravedad de la enfermedad.
Al mismo tiempo, el tratamiento con curcumina condujo a la mejora de la manifestación de la tormenta de citoquinas, que tantos problemas ha causado, al reducir los factores proinflamatorios y estimular las vías antiinflamatorias.
Por lo tanto, estos hallazgos sugieren que el tratamiento con curcumina puede aliviar los síntomas de COVID-19 mediante la restauración del equilibrio proinflamatorio y antiinflamatorio.
Además, el estudio de Pawar et al. mostró que la suplementación con curcumina y piperina condujo a menos episodios tromboembólicos después de la recuperación de las infecciones por COVID-19.

En nuestro día a día es muy conveniente consumir cúrcuma de manera habitual y, a ser posible, acompañada de pimienta molida, ya que esta combinación potencia los efectos antiinflamatorios de la cúrcuma. La calabaza o el boniato asados con cúrcuma y pimienta son unos magníficos alimentos.
Además, la restauración del equilibrio proinflamatorio y antiinflamatorio supone potenciar la salud de nuestra microbiota intestinal, lo cual es un elemento clave para prevenir numerosas enfermedades
