La microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, arqueas, virus y parásitos) que tienen una compleja relación con la células de nuestro cuerpo en la que ambos se benefician.
Una microbiota sana es imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya que mantiene una importante relación con nuestro sistema inmune y con el equilibrio de nuestro cuerpo ( funciones homeostáticas )
La microbiota realiza las siguientes funciones:
- Función metabólica: Favorece la digestión y participa en la síntesis de metabólicos como la vitamina K y la vitamina B12.
- Función de barrera: Produce un moco protector y nos defienden contra microorganismos, toxinas…
- Función de defensa: Desarrollo del sistema inmune intestinal.
- Función de mantenimiento: Maduración del tubo de digestivo, mantenimiento de la mucosa intestinal, actividad enzimática de la mucosa,…
La microbiota intestinal contribuye a la fisiología humana mediante la transformación de fibra
dietética en azúcares simples, ácidos grasos de cadena corta y otros nutrientes que pueden ser
absorbidos; también interviene en la producción de vitaminas K, B12 y ácido fólico, en el metabolismo y recirculación de ácidos biliares, en la transformación de carcinógenos potenciales como los compuestos N-nitroso y aminas heterocíclicas y en la activación de algunos compuestos bioactivos como los fitoestrógenos.
Recientes estudios han identificado otras funciones de la microbiota intestinal, y así algunas bacterias podrían tener una función inductora de enfermedades inflamatorias intestinales, metabólicas, oncológicas, obesidad, enfermedades autoinmunes, cardiovasculares, neurológicas y trastornos de la conducta, por lo que un adecuado equilibrio de nuestra microbiota es fundamental para prevenir, tratar y hasta revertir muchas enfermedades.
Últimamente también se han publicado estudios desarrollados por la compañía biotecnológica Biomes que relacionan una microbiota intestinal sana con una mayor protección frente al COVID-19.